Charlas Peregrinas – Iban Martín, de Roma Aeterna Podcast

Hoy, en nuestra segunda entrega de Charlas Peregrinas, no cejamos en nuestro empeño de entrevistar a gente muy relevante, pero alejada de los estratos culturales más convencionales. Para ello nos sentamos frente a un Titán, con mayúscula. Una de esas personas que, para el público, aparecen de golpe de la nada, pero de ninguna manera es así. Son miles de horas de trabajo, pasión y estudio las que han hecho emerger a Iban Martín (Barcelona, 1983) casi del anonimato para lograr crear un universo en el que miles de personas encontramos un pequeño lugar en el mundo en el que nos sentimos terriblemente a gusto.

Nosotros lo conocimos en las redes a través de su alter ego en Twitter, Pijus Magníficus (@PijusMagnificvs), y riéndonos con sus publicaciones descubrimos lo buen tío que era, el jodío.

Poco después llegaron sus colaboraciones en el prestigioso podcast El descampao en donde nos enganchamos perdidamente a locuras tan diversas como la saga de la Yakuza en el cine, los mitos de Esparta, la vida en el Coliseo y, sobre todo, aquel orgiástico especial de nueve programas (iban a ser dos, decían los pobres ilusos) sobre los vikingos.

Lo que vino después fue un paso, no sabemos si natural, pero muy deseado por muchas personas: la fundación de su propio podcast, Roma Aeterna. Este lugar, forjado entre siete colinas figuradas, cuenta ya con una legión de seguidores que poseen incluso sus propias muletillas para reconocerse entre ellos. Con solo decir “¡Pimba!” o “tremendo hachaso” sabrás que estás ante un quirite de Roma Aeterna.

He de confesar que son muchas las preguntas que me gustaría hacerle, y que estoy estúpidamente nervioso por dirigirme a quien lleva un año contándome cosas sobre Roma al oído, pero hay que ponerse serios. Me lo pone fácil, porque Iban es un tipo sencillo y agradable que desde el principio se abre con facilidad. El tío es un comunicador nato, y eso me pone en situación sobre la clase de fuerza de la naturaleza que vamos a entrevistar. Arrancamos:

NM: Iban, hemos escuchado muchas veces que eres historiador pero, por no mirarlo en Google ¿que es exactamente un historiador?

IM: Bueno, un historiador es una persona que se encarga de investigar, narrar y hacerse eco de todo lo que son hechos del pasado. Un especialista de la historia que bien estudia, escribe y después puede divulgar en forma de podcast, documentales, ensayos u otros formatos, todo tipo de sucesos del pasado. A mi me gusta describirlo como un periodista de la antigüedad; un periodista de gente muerta, de sucesos que ocurrieron hace muchos años. Para ello un historiador serio necesita sustentar estas investigaciones en algunas fuentes. Por ejemplo, en mi caso, en Roma Aeterna voy por partes. Ahora mismo me estoy centrando en la monarquía y el inicio de la república y para eso me estoy basando en Tito Livio y en Dionisio de Halicarnaso, que son dos grandes fuentes para conocer este periodo histórico, pero siempre desde la objetividad y el análisis crítico de estas mismas fuentes porque, aunque no se puede dar por falso lo que nos cuentan, tampoco se puede dar por completamente cierto.

NM: Porque (aquí se ve que la labor pedagógica del programa no es baladí) ellos mismos se basaban en otras fuentes anteriores y también eran víctimas o creadores de “Invents”…

IM: Efectivamente. Por eso mismo el oficio de historiador es un poco complicado, entre otras muchas cosas. Por ejemplo, si intentamos analizar procesos históricos desde nuestro presente, corremos el riesgo de hacerlo con nuestra mentalidad actual y eso es algo que hay que procurar evitar. Por eso yo intento darle un toque diferente, porque son asuntos que hoy en día, como es natural, no vemos ni como correctos ni como humanos. Cuando hablas de cosas tan espinosas coma la esclavitud en el pasado nos parece algo terrible, pero el trafico humano estaba ahí y hay que ponerlo tal cual era en su contexto sin caer en la tentación de juzgar con nuestros valores actuales.

NM: ¿ Y cómo llegas a liarte la manta a la cabeza y ponerte con una tarea tan enorme como desgranar toda la inmensa historia de Roma? ¿Retos personales o simple temeridad?

IM: Fíjate, yo estudie historia, pero no me licencié. En parte porque la vida no me daba para más al tener que ponerme a trabajar y no poder compaginar ambas cosas, y en parte por el desencanto con la comunidad académica en ese momento. No encontré esa motivación en el profesorado, esa chispa que yo intento transmitir en el podcast, y es una faceta de mi vida que tuve aletargada durante algún tiempo mientras mi carrera profesional se desarrollaba en otros ámbitos diferentes. Hasta que un día empecé a colaborar con El Descampao. Fue a partir de ahí cuando me empezó de nuevo a picar el gusanillo, cuando me volvió la pasión por la divulgación de la historia. Por eso a mí, humildemente, me gusta presentarme como podcaster o divulgador y no definirme como historiador. Es cierto que los historiadores del pasado no estaban licenciados en historia porque no existía esta carrera, pero yo procuro alejarme de este termino porque no me gusta el intrusismo laboral. Yo soy un narrador de historias y en Roma Aeterna, o lo que surja en el futuro, me gustaría seguir contando la historia de la manera en que yo la disfruto y la vivo.

NM: Y esa manera es…

IM: Intentar entenderla comprendiendo que no somos los mismos que hace dos milenios, pero comprendiendo también que la historia es como una enorme habitación repleta de engranajes y que cuando uno de esos engranajes se activa en una esquina, hace que todos se muevan hasta que se activa el de la esquina contraria de la estancia. Actualmente estamos viviendo cosas que son fruto inevitable de algo que sucedió hace tiempo. La historia es un continuo que no se detiene.

Iban calentando motores antes de uno de los directos de El Descampao

NM: ¿Entiendo entonces que Roma Aeterna nace de ese nuevo “chispazo” a partir del El Descampao?

IM: En parte sí, pero por otro lado se debe también a que tuve la percepción de que existía un vacío que cubrir en el universo podcaster. Tenía la sensación de que en los programas de historia se iba saltando de un momento a otro como de rama en rama. De repente un día te hablan de la II Guerra Mundial y al día siguiente te hablan de Egipto y dices “¡Hostia, un momento! Yo aquí necesito tener esto ordenado” Así que decidí hacer un lugar en el que ver la historia de Roma desde un principio: de donde viene y hacia donde va. Esa es la sencilla intención de Roma Aeterna, ir desde el inicio de la civilización romana hasta el final. Pero bueno, aunque en realidad seguimos siendo herederos de la historia de Roma yo el final lo voy a situar en la caída de Constantinopla, más allá de la caída del imperio Romano de Occidente.

NM: ¿¡Vamos a llegar hasta la caída de Constantinopla!?

IM: Si. Soy consciente de que pueden ser momentos duros para el oyente cuando lleguemos a la caída del imperio romano de occidente y tengamos que hablar del de oriente, que duró muchos años más, casi mil. Además es una civilización que ya se distancia bastante de la Roma clásica que conocemos y adquiere unos tintes muy orientales. A la gente igual le confunde un poco, pero va a ser muy divertido. Sucederá como con el tema de la monarquía, que era muy desconocido para muchos oyentes. Pues este será otro tema muy chulo para descubrir.

NM: Desde siempre, la antigua Roma es un tema que tiene un enorme poder de seducción para muchísima gente pero ¿no es un tema ya al alcance de cualquiera en la red?

IM: Es una trampa, en este caso la excesiva digitalización en un handicap importante. Es cierto que tenemos miles y miles de lugares en los que consultar pero, a la vez, la fiabilidad de esos lugares cae en picado muchas veces. Si uno intenta investigar un acontecimiento del pasado, abre el buscador, teclea “historia de Roma” y le salen tropecientas páginas. Pero igual esas paginas se han copiado de otras, que a la vez han sido copiadas de otras y casi ninguna cita fuentes, ni se preocupa por validar que los hechos que menciona hayan pasado realmente, y eso hace que se generen multitud de mitos y fakes sobre la historia de Roma. Son cosas que se van pasando de copia en copia sin que se pueda verificar si es cierto o no. Por eso el oficio de historiador hoy en día requiere más que nunca rigurosidad a la hora de consultar fuentes. Más que nunca.

NM: No es dorarte la píldora decir que realizar un Podcast como Roma Aeterna no está al alcance de todo el mundo, los que lo seguimos, somos conscientes del currazo que lleva dentro cada uno de los episodios ¿cómo compaginas esta ingente tarea teniendo un trabajo aparte? ¿Tienes vida social?

IM: (Risas) Pues en ese aspecto reconozco que la pandemia me ha ayudado, porque claro, no había posibilidad de hacer vida social entonces. Ahora mi plan de trabajo es economizar los esfuerzos. Me organizo las semanas para alternar semanas de trabajo duro con semanas algo más calmadas para no desfallecer.

La semana uno la dedico a la recolección de documentación y redacción de guion. Empiezo el mismo lunes a consultar las fuentes, que ya están previamente acotadas, y voy siguiendo el orden del guion, revisando la parte que me interesa de cada fuente. Esto me lleva unos tres días entre lecturas, repasos, selección de información… etc. Al principio me abrumaba el exceso de documentación y me armaba unos cacaos formidables. Me tuve que decir: “Iban, se te está yendo la olla, no estás escribiendo un libro de tres mil páginas, céntrate”. Y poco a poco he ido aprendiendo a acotar lo que quiero decir con mayor destreza. Con todo este trabajo me planto en el jueves y dedico dos días a escribir el guion para, el sábado por la mañana, poder grabar el grueso del programa y así olvidarme y poder descansar hasta el lunes. Después la segunda semana es la semana de edición. Con el paso del tiempo esta semana se está convirtiendo en la más relajada, porque con cada programa vas mejorando la destreza en los trabajos de edición. Este último programa (Pax Deorum) el martes lo tenía terminado, el miércoles le doy un ligero repaso y listo. También es cierto que estoy aprendiendo a grabar mejor. Al principio tenía que repetir muchas cosas, ahora me puedo permitir dedicarme con más calma a las músicas, los silencios…

NM: Entonces, ahora que parece que volvemos a una cierta “normalidad”, ¿cómo te las vas a apañar?

IM: Pues veremos. En mi caso el tema de poder teletrabajar me ha ayudado mucho al no perder tiempo en desplazamientos; acabo mi jornada, cierro el portátil y me sumerjo en Roma Aeterna. Eso ya no va a ser posible, así que voy a tener que replantearme como me lo monto. Pero cuando volvamos a tener una vida social normal tendré que economizar esfuerzos, si no me volveré loco.

NM: Pues si, porque comenzaste haciendo programas de media hora y ya nos decías que no te daba la vida, y ahora vamos por hora y cuarto. ¿Tendrás que volver a bajar la duración?

IM: No me lo he planteado, la verdad. Me siento cómodo con este formato, es lo que pide el relato y me he acostumbrado. Quizá dispondré de menos tiempo, pero también supongo que seguiré mejorando en los tiempos de elaboración del programa. Es cierto, me hace gracia cuando os decía “programas de media hora y nada más” y al cabo de cinco o seis programas ya eran el doble (se ríe). Pero no me lo planteo. Puede que en verano grabe contenido un poco más corto, en plan programa estival, como algo especial, pero no quiero parar el flujo del programa así que no tengo pensado volver a la media hora.

NM: Empezamos siendo una cohorte y ya somos una inmensa legión ¿hasta que punto te ha sorprendido la respuesta de la gente con el podcast? ¿Esperabas algo así?

IM: Me ha sorprendido mucho. No me imaginaba llegar a estos números en un año de historia que tenemos. Hay mas de doce mil suscriptores gratuitos en iVoox y las cifras de descargas y reproducciones me tienen asustado, de verdad. A veces las miro y me impresionan siendo un podcast tan reciente. Imaginé que tendría conectar con el público de alguna manera y que, al ser un programa tan “de nicho”, si que tendría la posibilidad de tener un público fiel, pero no esta explosión; no esta cantidad de respuestas positivas.

NM: Bueno, una parte de culpa es que se te coge aprecio con facilidad. ¿Lo percibes?

IM: Mucho. Me tiene verdaderamente alucinado y conmovido el cariño con el que se ha recibido a Roma Aeterna. Por ejemplo, me escriben docentes y profesionales de la historia y me dicen: “voy a poner el programa a mis alumnos” o gente que me felicita por como se narra y por el sentido del humor… Incluso me escribió un arqueólogo que trabaja en Jerusalén y entonces me digo a mi mismo “¿Pero que movida es esta?”… abrir el correo se está convirtiendo en una experiencia religiosa.

NM: Y el señor iVoox estará encantado.

IM: Esa es otra. Que a los seis meses me llamaran y me propusieran formar parte de iVoxx Originals no me lo habría imaginado nunca. Sergio (por Sergio Mena, de el Descampao) me dijo poco antes de empezar: “hazte un podcast de la historia de Roma que ya verás que lo vas a petar” y yo nunca me creo que algo así pueda suceder. No estoy acostumbrado a que me salgan bien las cosas. Mas bien soy como ese perrete asustado que está esperando a ver por donde le viene el próximo golpe, porque siempre me parece que cuando la vida te va bien algo te está guardando a la vuelta de la esquina para ¡Pimba! darte un tremendo hachaso en el lomo. Pero de momento no, y estoy muy contento por lo inesperado de todo esto.

Logo de Roma Aeterna

NM: Y eso que tienes competencia abundante y fuerte…

IM: ¡Y tanto! Hay podcast que son auténticos titanes como los de Histocast o Memorias de un tambor. Programas muy consolidados de muchos años de recorrido y con modelos que, alguno se puede parecer un poco, pero sin el humor, y otros que están en las Antípodas a nivel de producción de lo que Roma Aeterna ofrece.

También te digo que prácticamente he dejado de mirar las estadísticas, porque no quiero entrar en una espiral competitiva. Las puedo ojear cada una o dos semanas, pero no me obsesiono. No quiero entrar a analizar que tema ha gustado más o cual menos, porque eso sería peligroso y dejaría de disfrutarlo.

NM: Antes de acercarnos al final de la entrevista, nos gustaría hablar un poco acerca de tus colaboraciones con El Descampao, ¿podemos esperar algún cameo más próximamente?

IM: Si, se vienen cosillas. Estamos preparando programas juntos después de este descanso que nos hemos dado tras la saga vikinga de nueve programas, que fue una locura. Una auténtica locura de reuniones, de documentación, de mirar mapas de la época y actuales para contrastar si todo cuadraba con la versión oficial… y quizás fue lo que estableció el tono para lo que ahora es Roma Aeterna. Considero a El Descampao mi casa, siempre lo será.

(De repente el tono vocal de Iban, siempre divertido, muda en un cariz casi melancólico) Ojalá Sergio siga contando conmigo muchos años, porque no me gustaría desvincularme de él. Es un maestro, un genio. Lo que hace ese hombre en cada programa es asombroso. En este último de Monkey Island (desde Nueva Macedonia os lo recomendamos encarecidamente) hay un nivel de preparación y estudio, de saber hacer las cosas bien a nivel de montaje, de edición y sonido, que impresiona profundamente. Tiene tantas capas que le dije: “Algún día, cuando hagan el libro de El Descampao, quiero hacer el prólogo o algo para poder decir que ese programa es la lasagna de los Podcast, por la cantidad de capas que tiene” (Y así reaparece el tono original de Iban)

NM: Y ya para terminar, Iban, una última cosa. Nos auto invitamos a esta celebración y queremos que esta entrevista sea un pequeño festejo más por tu primer aniversario con el programa. ¿Nos cuentas algo de lo que tienes preparado o lo dejamos al misterio?

IM: Pues estoy preparando un programa bastante especial en donde el formato, en parte, es el típico que se hace cuando colaboran los oyentes, con audios de la gente. Puede parecer que es el típico programa de celebración, pero he decidido darle una vuelta y será un programa en el que, en primer lugar, hablaremos de la comida en Roma. Nos sentaremos en un triclinium, la sala en la cual estaban esos típicos divanes que tanto nos suenan, y cenaremos mientras os explico las costumbres de la época con la comida. Quiero aprovechar ese programa y no dejar de ofrecer contenido, que es algo que también he aprendido de Sergio: hagas lo que hagas ofrece siempre algo en el programa. En segundo lugar entraran vuestros audios, y habrá también colaboraciones sorpresa. Y ya, para finalizar, aprovecharé esos mismos audios de la comunidad para hacerme una entrevista, es decir, con cada mensaje aprovecharé para repasar diferentes aspectos del programa que os interesan. Espero que quede muy bonito.

NM: Estamos seguros de ello.

Dejamos a nuestro cónsul favorito tranquilo y le agradecemos la enorme atención que nos ha prestado. Ha sido un auténtico placer poder dirigirnos a alguien que emplea todo su empeño en algo tan necesario como recordar la historia y divulgarla para que llegue a toda la gente posible, con humildad y sencillez. Ahí radica gran parte de su éxito. Ojalá hubiera un Iban Martín, como mínimo, en cada pueblo de este país.

Nos vemos en la próxima charla peregrina.

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