La Biblioteca de Alejandría: auge y caída de la ciencia.

El gran Alejandro Magno, rey de Macedonia, se lió la manta a la cabeza muy joven y comenzó su conquista de buena parte del mundo conocido allá por el 334 a. C. Lo hizo sobre todo como fría venganza contra los persas por las ofensas y enormes daños causados al mundo griego unos cien años atrás. En apenas tres años, el joven Alejandro había derrotado y conquistado ya una buena parte del basto imperio del rey Darío y se había plantado con su ejército a las puertas de Egipto. El país de las pirámides lo recibió como a un auténtico libertador, pues estaban tan hartos de ser una satrapía del imperio persa que el joven macedonio se antojaba un gobernante más apetecible para el pueblo del Nilo. Alejandro fue nombrado faraón y así, aparte de líder de medio mundo, se convertía también en un dios viviente. El rey Macedonio, agradecido y seguramente un poco subidito, fundó Alejandría en el 331 a. C. en un antiguo pueblo de pescadores llamado Rakotis, situado en un lugar privilegiado del delta del Nilo, con la intención de hacer de esta ciudad la máxima representación de su pasión por la cultura helénica. Continúa leyendo La Biblioteca de Alejandría: auge y caída de la ciencia.